La diversidad de carreras universitarias ha crecido exponencialmente en la última década. Sin embargo, las profesiones tradicionales siguen siendo un imán para los estudiantes. Es el caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, cuya tasa de inscripción no bajó, sino que además es mayor que en años anteriores. Gran parte de esto se debe, según palabras de la decana Cristina Grunauer de Falú, a las injusticias que se viven en la sociedad y el deseo de los estudiantes de combatirlas. La docente, en la entrevista, además habló de los planes de la Facultad, del uso de las nuevas tecnologías y de la importancia de la ética en la profesión. Este fue el diálogo con LA GACETA:

- ¿Cómo está la facultad actualmente y cuáles cree que pueden ser los desafíos que pueden tener en este año en cuanto a la materia educativa?

- La enseñanza tuvo grandes transformaciones: Una fue la acreditación de la calidad educativa, de la cual me tocó participar ya que yo era secretaria académica de la facultad. Es la primera vez que la CONEAU puso a las facultades que enseñaban abogacía dentro de lo que se llama el artículo 43 de la ley de educación superior, es decir, somos lo que se considera una carrera de riesgo. Esto significa que, al igual que medicina y todas las referidas a la salud, están en juego intereses tanto personales como patrimoniales de la sociedad. Son los intereses más grandes de la sociedad. Por lo tanto, esas carreras habilitan al ejercicio profesional de profesiones de riesgo y que atienden estas cuestiones que son tan importantes para la sociedad. A nosotros nos hicieron el proceso de acreditación no solo de la carrera sino también de la institución.En el caso nuestro particular, veníamos con muchísimos años en donde era una facultad con una alta calidad educativa, pero que en virtud de la autonomía universitaria, los reglamentos y la creación de la carrera, no había un estándar del plan de estudio. Y este salió aprobado por el Consejo Superior y luego fue aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación, conforme a lo que se consideraba en la institución que debía enseñarse. El proceso de acreditación que tenía dos partes: una era una autoevaluación de la institución para ver si nosotros llenábamos todos esos requisitos, que era una resolución que no sólo incluía el contenido teórico y práctico de un plan de estudio, sino también lo que debe tener una institución para tener calidad educativa. Y en eso que se debe tener, abarcaba las aulas virtuales, una biblioteca (se debe contar con un certificado de higiene y seguridad), plan de evacuación en caso de incendio y muchas otras. Abarcaba la parte de enseñanza de Derecho, teórico y práctico, la investigación como estándar de calidad educativa, la extensión, investigación, y el posgrado ya que había también otro ítem que luego ellos evalúan, que es el seguimiento de los graduados y graduadas. Uno tenía que ver si cumplía o no lo que pedía el Ministerio de Educación. Nos dimos cuenta de la riqueza de nuestra facultad y de todo lo que nosotros teníamos y tuvimos después. Nuestra Facultad tiene mucha historia y siempre ha estado a la vanguardia de la enseñanza. Por ejemplo, un ítem que nos dio mucho valor y que fue un modelo para otras instituciones fue el Instituto de Enseñanza Práctica. Es requisito ineludible para la formación de cualquier profesional; así como lo tiene Medicina en los hospitales, nosotros en las facultades los tenemos desde el año 1960. Otra cosa que nos pedían era todo el currículum de cada profesor cargado en Cvar, un sistema nacional. En esta validación uno de los ítems que se cargan son investigaciones y publicaciones. Nuestros docentes tienen una historia en producciones científicas. Es una facultad que genera profesionales que van a estar capacitados para integrar cualquiera de los tres Poderes. Y de esta facultad salieron históricamente nuestros jueces. La mayoría de los jueces existentes son egresados de la UNT, y además también pueden integrarse al poder Ejecutivo y al poder Legislativo. Hay un plus en la enseñanza y en la calidad educativa cuando uno carga un currículum y es alguien que tiene publicaciones de última generación. Aquí hay 25 proyectos de investigación aprobados de distintas cátedras que la integran muchos docentes y algunos estudiantes. Yo soy investigadora científica categorizada. Hay muchos profesores que hacen también extensión universitaria desde las cátedras o integrando proyectos nacionales. Nosotros tenemos un programa que se llama “Programas de tutorías” y es muy importante. Está formado por docentes, alumnos graduados y no docentes. Los docentes acompañan a los estudiantes que están cursando en las cátedras para que estos se anoten en ellas y así saber sus condiciones; por ejemplo si es que tiene algún problema de salud o algún grado de discapacidad visual, auditiva, motriz, etc. Nuestro nuevo Plan de Estudios es moderno y dinámico. Todo esto se cargó en el sistema de la CONEAU, y nos dieron la máxima categoría acreditados por seis años. Esta evaluación nos permitió saber qué es lo que nos faltaba, y al saberlo lo ejecutamos para adquirirlo y seguimos haciéndolo mediante el plan de mejoras que es para seguir mejorando la facultad.

El otro gran proceso que atravesamos fue el de la virtualización de la enseñanza,durante la pandemia. Tenemos una Facultad con estándares altos de calidad educativa y modernización de la enseñanza.

- ¿Por qué cree usted que muchísimos chicos consideran tan importante venir a la facultad de Derecho?

No ha mermado la cantidad de alumnos a pesar de que el ofrecimiento de carreras es muchísimo más grande que hace un par de décadas. La facultad de Derecho sigue siendo un imán. Yo recibo a los estudiantes y les pregunto por qué quieren estudiar Derecho, y creo que la mayoría de la gente que se inscribe, sea joven o mayor, percibe en la sociedad algo de injusticia (todos los tipos de injusticia), y creen con justa razón que al momento de recibirse, pueden llegar a mejorar la sociedad con estos sentidos que irán desarrollando. La gente que se inscribe en la facultad de derecho es gente que quiere mejorar. El segundo motivo es debido a las amplias posibilidades de trabajo. Pero el primero es de búsqueda de la Justicia, como el maltrato infantil, hasta en un servicio de transporte, o en los comportamientos sociales agresivos que se permiten actualmente en la sociedad. Se mantiene la matrícula, la gente quiere mejorar. Los alumnos se perciben a sí mismos como futuros mejoradores de la sociedad desde el lugar que les toque

- ¿Cómo trabaja la facultad con el avance tecnológico y cómo ve el avance de la Inteligencia Artificial?

- La IA no es un contenido teórico, es una herramienta para utilizar en los contenidos teóricos. Nosotros podemos enseñar el derecho romano, que es la base de todo el derecho occidental. Hoy en el nuevo Código Civil y Comercial va a ver algunas cosas que dice del matrimonio que ya existía en el Derecho Romano. El contrato o como institución, cosa que hoy lo receptó el Código Civil y Comercial Pero la IA es parte de las nuevas tecnologías- Son herramientas que nosotros las tenemos como materia optativa. Nosotros enseñamos la reglamentación del uso de la herramienta . Los docentes están debatiendo si la IA puede ser utilizada en la materia, si es apta o no como método evaluativo. Lo utilizamos durante la pandemia, y como todo el mundo hubo fallas y aciertos. ¿Qué es la IA? El alumno pone una frase y la IA dicta la respuesta. ¿Hasta qué punto el alumno puede hacer eso? En mi materia, en mi experiencia durante la pandemia, utilice el método de la IA. A mis alumnos les dábamos clases virtuales, pero utilice IA para evaluarlos, les daba una consigna y debían resolver, ellos podrían usar en su computadora y que la IA les de la respuesta, pero ¿qué conocimiento les queda de aplicación al caso si se los da la IA? La respuesta del estudiante llegaba por mail y luego hacíamos un zoom y el estudiante debía explicar y justificar por qué había dado esa respuesta. Pudimos hacer la evaluación entonces. Cambió la metodología de las enseñanzas de un marco teórico a otro, eso cambió. Hoy se considera que el profesor es un mediador entre el conocimiento y el estudiante. Hoy los estudiantes son de la generación Z, salvo pocas excepciones. Se hicieron capacitaciones docentes, se los aggiorna en el uso de las herramientas tecnológicas para enseñanzas. Los estudiantes hoy nacen con el celular en la mano, pero tienen un conocimiento disperso. Ven la Injusticia, como dije, antes, a los problemas sociales. Ven todo lo que pueden hacer, tienen acceso a esa información. El uso de la tecnología debe ser aprovechada por el docente. El celular es una herramienta más. En la pandemia se usaba hasta para rendir. Las nuevas tecnologías no son enemigas, hay que reglamentar, controlar y dirigir su uso. Hoy las clases se graban, se suben a las aulas virtuales como repositorio y se las puede ver todas las veces que se quiere. No hay que tener miedo, lo mismo que con la inteligencia artificial. Siempre la última palabra la tiene el humano. Siempre hay que guiar a los estudiantes. Se puede usar la inteligencia artificial para una tesis, por ejemplo, pero después la tenés que defender

- ¿La ética sigue estando muy relacionada al estudio del Derecho?

- Tenemos una materia que se llama ética profesional, al final de la carrera, pero en todas las materias desde primer año, cada docente que habla con los alumnos les transmite un concepto de ética. El valor ética y justicia en esta facultad la enseñan todos. Nosotros, los y las docentes, inculcamos ese valor, desde la materia 0 hasta el final. Les hacemos saber que el día que egresen van a estar en manos de ellos los intereses de terceras personas y sus vidas, y que lo que ellos manejan no es propio, y que ellos tienen una altísima responsabilidad en el manejo de estos intereses. Lo que hagan después depende de cada persona. Ya no podemos controlar lo que hacen después de salir de la facultad. Aquí se enseñan las materias teóricas con el método del caso. Hacemos mucho hincapié en la enseñanza práctica para que el alumno tenga una ética profesional, un contenido teórico y otro práctico, no deben salir a la vida profesional con la cabeza llena de teoría y sin saber cómo se aplica. Los estudiantes aprenden a leer los fallos y a entender los fundamentos y se van formando en la lógica jurídica y construyendo un pensamiento crítico del Derecho